La Opto-Háptica se deriva de la combinación entre los términos óptica y háptica y la relación que se establece entre los mismos en el momento de la percepción.
El investigador. David Katz desarrollo varios estudios en la década de 1920, que estuvieron orientados en un principio a las relaciones que existían entre la percepción visual y la percepción táctil. Lo que posteriormente se fue enfocando a un estudio más detallado de las potencialidades que poseía el sentido del tacto en el momento de procesar la información percibida.
Katz desarrollo varios experimentos entorno a la percepción táctil, entre ellos hubo uno donde utilizo primero un solo dedo para tocar una superficie luego uso todos los dedos variando la presión al tocar, y concluyo que se necesita del movimiento para crear formas táctiles “solo mediante el movimiento consigue el sentido del tacto que los cuerpo nos hablen de sus propiedades” [1]
Por su parte, James Gibson (1950) desarrolla una teoría sobre la percepción del espacio visual. En donde estableció una comunicación entre la percepción y la estimulación, lo que se derivo en siete proposiciones, en las que se le da importancia a la textura y a sus gradientes. De estas proposiciones vamos a destacar dos, la cuarta y la séptima:
Nº4 “La condición general para la percepción de una superficie es el tipo de estimulo ordinal que es da textura.
Nº7 “La condición general de la percepción de una superficie longitudinal u oblicua consiste en una especie de estimulación ordinal que recibe el orden de gradiente. Se ha descrito gradiente de textura y se ha sugerido que los gradientes que dependen de contornos, un gradiente de deformación cuando el observador se mueve, y posiblemente otros tienen, sin excepción, la función de correlatos de estimulo para la impresión de distancia sobre una superficie.”[2]
Lo importante de este trabajo es que permite reconocer a la textura como una propiedad de los objetos por la que una misma excitación sensorial provoca dos tipos de estimulación diferente. Estas son: la óptica y la táctil actuando en conjunto.
En contraste a lo antes mencionado Merleau Ponty menciona “que el campo táctil nunca tiene la amplitud del campo visual, nunca el objeto táctil está enteramente presente en cada una de sus partes como el objeto visual, y en una palabra, que el tocar no es ver”.[3]Esto es totalmente cierto como también lo es que el sentido de la vista capta de manera general y superficial lo que está a su alrededor
En el libro Arte e Ilusión de Ernest Gombrich, aparece una cita que hace referencia a la imagen mental, la que realiza Adolf Von Hildenbrand en 1893 en su libro El problema de forma en el arte figurativo. Este planteaba que “si intentamos analizar nuestras imágenes mentales para descubrir sus constituyentes primarios, encontramos que se componen de datos sensorios derivados de la visión y de recuerdos del tacto y del movimiento” [4]
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